Si lo de Ricobayo es escandaloso, ¿por qué no lo de Entrepeñas y Buendía?

Fuente: El Gobierno investiga el vaciado de embalses de Iberdrola: “Pregunté escandalizada, no es razonable” (LaSexta.com, 13/8/2021)

El vaciado del embalse de Ricobayo ha provocado la reacción de la Ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que lo ha calificado de «escandaloso», mostrando interés directo por el asunto y dispuesta a adoptar medidas. Nos alegramos de esta reacción, esperando que sirva para entender que el agua tiene una fuerte dimensión social y su gestión, como bien demanial que es, ha de estar ligada al interés general. En el caso del embalse de Ricobayo la generación hidroeléctrica es su razón de existir. Pero también tiene unos usos sociales, turísticos y recreativos que se han visto seriamente afectados por la gestión realizada. Así, es una gran noticia que la ministra del ramo muestre interés en estos aspectos.



Seguramente el vaciado de Ricobayo por parte del operador hidroeléctrico se haya realizado conforme a las normas de gestión y persiguiendo un óptimo en su explotación desde el punto de vista de su empresa. Cierto es que se trata de una empresa que apuesta por la energía verde con un “compromiso con la creación de valor, progreso y bienestar de las personas”. Lo que queda muy bien el el marketing y en la publicidad. Pero a la hora de buscar resultados se fijan en lo importante, en lo suyo y lo que ganan. El resto de usuarios les da igual. Máxime cuando el uso recreativo tiene menor preferencia que el hidroeléctrico. Esperemos que la reacción producida no se quede en una mera criminalización de la empresa eléctrica, que sirva de reflexión y suponga un punto de inflexión. Que sirva para valorar adecuadamente los usos sociales de los embalses y del agua. Con implicaciones prácticas que vayan más allá de las cursiladas de los discursos huecos de la planificación hidrológica, de los festejos del día mundial del agua o de cualquier espectáculo que se organice para mejorar la imagen de los próceres.

Está bien esta preocupación por el vaciado del embalse de Ricobayo. Esperamos que la empresa eléctrica ha tomado nota y se escenificará algún tipo de acuerdo para que no se repita en los próximos años. Pero ¿qué pasa con Entrepeñas y Buendía? Su vaciado no se debe a una decisión de una empresa que explota el embalse durante una situación coyuntural del mercado eléctrico. Su vaciado es promovido por la propia Administración Pública del agua, que al igual que Abundio vendió el coche para comprar gasolina, vacía los embalses para que no se evapore el agua. Ha destrozado la economía de sus municipios ribereños, pero no para un rato o un verano, sino para todo el tiempo. Desde hace más de 40 años. En este caso no es una malvada empresa la que saquea el recurso para sacar ganancia. El destrozo lo causa la Administración.

No hay que centrarse únicamente en el actual equipo. El mérito es de todos los ministros, secretarios de estado, directores generales del agua y demás prebostes que década tras década ignoran y desprecian al Tajo, cercenando las posibilidades de desarrollo de los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía. El tiempo ha demostrado que sacan así más rédito. Oprimir al débil es fácil, máxime si está mal asesorado y mal defendido por sus instituciones. Pero oponerse a los intereses del lobby del Trasvase tiene su coste político, que nadie quiere asumir. Mejor dorar la píldora a los regantes del Trasvase y vaciar Entrepeñas y Buendía continuamente para hacer ver que les dan todo lo que pueden. No solucionan el problema, que se enquista, pero su carrera no se resiente. En todo caso se ve impulsada.

Cierto que la actual ministra ha promovido el cambio de las Reglas de Explotación del Trasvase Tajo-Segura, materializado más de tres años después de que llegara al cargo. Que es un cambio muy criticado por el lobby trasvasista. También que es un cambio que cambia poco. Que está pensado para seguir manteniendo Entrepeñas y Buendía en niveles bajos. Esto lo tiene la ministránsita en su casa, es consecuencia de su gestión. Lo podía haber solucionado, pero no ha querido hacerlo. Eso no la escandaliza, porque es conocedora de que si lo hace su puesto peligra. Al menos ha reaccionado al secado de Ricobayo.