La propaganda del SCRATS. El trasvase del miedo

El SCRATS (Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura) está desarrollando una campaña propagandística con el eslogan «Aviso corte de agua por cierre del trasvase». Frase que en sí misma es una llamada al alarmismo, que se refuerza con el contenido del texto.

En el texto que acompaña la imagen ─una señal de prohibido, sobre un grifo del que cae una gota de agua─ hay varias expresiones, que se analizan a continuación:

«El Tajo nos trajo el agua que no teníamos»

Lo primero que hay que advertir es que el río Tajo no pasa ni por Alicante, ni por Murcia, ni por Almería. Por tanto, el río Tajo nunca les puede llevar agua. Lo que hay es una captación sobre el río Tajo, que por medio del trasvase, se lleva agua del Tajo a las provincias de Alicante, Murcia y Almería. Lo correcto es decir que «se detrae agua del Tajo».

La segunda parte de la frase, también es inexacta, porque agua tenían. El problema es que era insuficiente para contentar a los terratenientes, que querían cambiar secano por regadío. Además, la gestión del agua en la cuenca del Segura presenta una conflictividad arrastrada de siglos anteriores, como se muestra en la publicación «El conflicto del agua en la cuenca del Segura. Utilización de la influencia política» (de Joaquín Gil López, Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”, 2013). Cuando en 1953 se intentó poner orden en las aguas del Segura mediante un Decreto y Orden Ministerial, los terratenientes se «agitaron» y, para calmarlos, desde el Sindicato Vertical se recuperó la idea del trasvase (véanse las entradas «1953. Regadíos del Segura y trasvase», «1959. El regadío murciano, problema nacional» y «1963. La suerte del Tajo está echada»). Por tanto, agua tenían, pero querían más.

Traduciendo del lenguaje del SCRATS al español, la frase «El Tajo nos trajo el agua que no teníamos» significa «Con el Trasvase Tajo-Segura pudimos extraer agua del Tajo para complementar la que teníamos, de forma que nos evitamos peleas internas y nuestras tierras se revalorizaron».

«El Trasvase Tajo Segura abrió un cauce de solidaridad que también ha sido motor de progreso para todos en Murcia»

Solidaridad. Bonita palabra. Pero el Trasvase Tajo-Segura tiene poco de solidario, al menos en lo que se refiere en la cuenca del Tajo. Es una «solidaridad impuesta». El trasvase se concibió de espaldas al Tajo. Cuando salió a la luz la idea en 1967, hubo una fuerte oposición en Toledo, que fue vencida con engaños y el recurso a la autoridad. Engaños que continúan durante la explotación del trasvase. La solidaridad del Trasvase Tajo-Segura es la misma que siente un atracado por su atracador. Con el añadido de la «gratitud» recibida por el SCRATS en forma de insultos, descalificaciones e injerencias. Además, está el daño a la agricultura castellanomanchega, en cuanto que entra en competencia con la del trasvase y sus privilegios (véase la entrada «Abriendo el melón»).

Teniendo en cuenta que todo el sector de «Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca» supone solamente el 4% del PIB de Murcia, ¿cómo se puede decir que trajo riqueza a toda Murcia? Murcia es mucho más que el trasvase. Murcia tiene valores y encantos propios, totalmente independientes de las manipulaciones del SCRATS. Ni siquiera sería defendible argumentar que el trasvase se dedica al abastecimiento, pues se ha de recordar que la cuenca del Segura tiene recursos propios suficientes para atender su abastecimiento, que es prioritario sobre el regadío (véanse las entradas «El Trasvase Tajo-Segura y el abastecimiento de las poblaciones de Murcia y Alicante» y «El trasvase Tajo-Segura en el abastecimiento urbano según el Plan del Segura»).

En 1967 se incluyeron los abastecimientos como beneficiarios del trasvase por dos motivos: dar una legitimidad social y cargar sobre unos paganinis ─los ciudadanos, convenientemente adoctrinados sobre las supuestas bondades del proyecto─ parte de la factura; el volumen de agua del trasvase destinado a abastecimiento se compensa con el mismo volumen de agua que dejan de tomar de la cuenca del Segura y que se puede destinar a regadío. Es decir, que la inclusión de los abastecimientos como beneficiarios del trasvase lo que supone es su renuncia a la prioridad de uso de agua de la cuenca, de menor coste, a cambio de pagar más por la del trasvase. Es, de facto, un encarecimiento artificial del agua que pagan los murcianos en sus domicilios, en lo que es una auténtica subvención cruzada.

Por tanto, ni hay solidaridad en el trasvase ni trae riqueza a todos los murcianos. De hecho, todos los murcianos subvencionan, posiblemente sin ser conscientes, a los regantes del trasvase.

«La agricultura, los hogares, el turismo, la industria y las miles de personas de todo el mundo que vienen a establecerse aquí son fuente de prosperidad y riqueza para todo el país.»

Frase que en sí misma poco tiene que ver con el trasvase, aunque por el contexto pretende inculcar que estas actividades sólo son viables porque existe el trasvase. De nuevo se utiliza a la población, la industria y el turismo como escudo protector. No son beneficiarios, sino rehenes de los intereses del SCRATS.

La agricultura es la que está más estrechamente relacionada, pero sobre la misma hay que indicar que no toda depende del trasvase, así como que es cuestionable que genere toda la riqueza que se indica. Por ejemplo, en los empleos que crea hay una componente importante de temporalidad o estacionalidad, lo que implica un mayor coste de las políticas sociales para compensar a los trabajadores por el tiempo no trabajado; a lo que hay que añadir, basándose en los datos del INE, la baja remuneración media de los trabajos agrícolas, lo que lastra el efecto dinamizador sobre la economía de estos empleos. También hay que considerar la agricultura murciana que no depende del trasvase, que se encuentra en inferioridad al no recibir las prebendas ni subvenciones encubiertas que obtienen los regantes del trasvase. Un ejemplo se puede apreciar en la subvención a la compra del agua desalinizada para el SCRATS, no aplicable a los regantes que utilizan de continuo las plantas desaladoras; incluso en el lavado de cara que se hizo con los usuarios de la desaladora de Mazarrón, el precio del agua era más caro que el concedido al SCRATS.

La mayor desfachatez se encuentra al final de la frase. La «prosperidad y riqueza para todo el país» se observa perfectamente en los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía. Basta comparar la actividad que tenían en los años 70 del siglo XX, antes de la puesta en servicio del trasvase, con la que hay ahora. Este retroceso está causado por la gestión del trasvase, que imposibilita el desarrollo de un turismo ligado al uso recreativo de los embalses, que permanentemente se encuentran vacíos. No se niega que el trasvase haya traído riqueza a los socios del SCRATS, pero para afirmar que la trae a todo el país es preciso antes valorar los daños que ocasiona y las subvenciones que tiene. Al respecto, se recomienda la lectura de la tesis del profesor Enrique San Martín González, «Un análisis económico de los trasvases de agua intercuencas: el Trasvase Tajo-Segura» (UNED, 2012).

«Pero sin el Trasvase este anuncio sí sería real»

Plantear como sería la situación sin el trasvase pertenece a la historia ficción. Pero sí se pueden extraer conclusiones del funcionamiento del trasvase. La primera, que a pesar del trasvase, los abastecimientos del Segura han estado comprometidos en el pasado, pues los recursos del Segura se dedicaban al regadío y el Trasvase no tenía capacidad de atenderlos en las sequías de los años 80 y 90 del siglo XX, cuando las restricciones y cortes eran algo habitual. Cortes que no se produjeron durante la sequía 2004-2009, ya que empezaron a estar operativas las desaladoras de San Pedro del Pinatar y Alicante. También se puede tomar como referencia que, entre 2012 y 2013, el canal del post-trasvase de la margen izquierda estuvo inutilizado por el derrumbe del túnel de Ulea; a pesar de estar interrumpido ese tramo del trasvase, el abastecimiento se dio con normalidad, de nuevo contando con los recursos de la desalación.

Habría que reconsiderar el enfoque del problema desde otro punto de vista. Es la existencia del trasvase la que en el pasado ha comprometido el abastecimiento, por lo que fue preciso buscar alternativas para su garantía. Además, con las reglas de explotación impuestas, no es un escenario descabellado la existencia de varios meses en nivel 4, en los que no habrá trasvase posible.

Conclusión

El SCRATS, en su línea, utiliza todos los medios a su alcance para sacar provecho. En este caso, organiza una campaña para generar alarma injustificada entre la población, utilizándola para defender sus intereses. Es un ejemplo más de su estrategia de propaganda, bastante coincidente con los 11 principios establecidos por Goebbels.

El SCRATS, con su presión e injerencias, es el principal artífice de la situación de «habitual excepcionalidad» en la que se desarrolla el trasvase. El «Trasvase Tajo-Segura es insostenible», pero no se quiere ver. Parece que les gusta el juego, pues cuando falla el trasvase, consiguen compensaciones desde la Administración. Al menos, ha sido así hasta ahora, aunque quizás en algún momento se cumpla la moraleja del famoso cuento «El pastor mentiroso y el lobo».

Es de destacar la inacción de la Administración. Ante una alarma injustificada de peligro del abastecimiento, no hay reacción. Parece asumir que la defensa de los intereses del SCRATS está por encima de la tranquilidad de la población.