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Trasvase → Sequía → Urgencia → Desastre

Un pastor estaba guardando su rebaño no lejos del pueblo, y pensó que sería divertido asustar a los vecinos diciendo que los lobos atacaban al rebaño. En consecuencia, empezó a gritar: «¡Que viene el lobo! ¡El lobo!», y cuando llegaron a toda prisa los vecinos, él se rió de sus temores. Repitió la broma varias veces, y los campesinos una y otra vez vieron que habían acudido a la carrera inútilmente.No obstante, un día, vino el lobo realmente y el pastor gritó: «¡Que viene el lobo! ¡El lobo!», lo más fuerte que pudo. La gente del pueblo estaba ya tan acostumbrada a oírlo que nadie le hizo caso ni corrió en su ayuda. Y el lobo, sin encontrar resistencia, pudo comerse todas las ovejas.
Moraleja: A un mentiroso no lo cree nadie ni cuando dice la verdad.

(Fábula de Esopo «El pastor y el lobo» copiada de la web de Immaculada Vilatersana Lluch)

La cabecera del Tajo lleva varios años de sequía declarada a golpe de Real Decreto tras reclamo insistente del lobby trasvasista, a pesar de que las aportaciones de la cabecera del Tajo se encontraban dentro de la normalidad. Ahora, como en la fábula de Esopo, en un año con aportaciones bajas, la llamada a la sequía parece que está perdiendo eco.

Recién aterrizado el nuevo consejero del agua de la Región de Murcia, ya sin la «incómoda» coletilla de Medio Ambiente en su cartera, lo primero que ha hecho ha sido recibir a los regantes del Campo de Cartagena. Y el SCRATS se reunirá inmediatamente con el flamante presidente («Los regantes exigen a Miras que se ‘ponga las pilas’ porque el Tajo ya roza la línea roja», La Verdad 9/5/2017), con una coincidencia plena en las líneas a seguir: blindaje del trasvase Tajo-Segura, redotación de la cabecera del Tajo, creación de un Banco Público del Agua, interconexión entre desalinizadoras y precio social para el agua desalinizada. Exactamente los puntos a los que se refirió el presidente de la Región de Murcia en su debate de investidura. ¿Casualidad, injerencia o sumisión?

Los regantes del trasvase Tajo-Segura al nuevo presidente exigen «que se ponga las pilas», reclamando actuaciones urgentes. «Sugerencias» que ya se han aplicado en el pasado y lo que han conseguido ha sido agravar el problema. Así,

No se trata de soluciones, sino de parches para beneficiar al lobby. Cuando se recurre continuamente a la situación de sequía es señal de mala gestión. Por más que se le quiera bautizar como «déficit estructural», «sequía crónica», etc., no es más que una sobrexplotación extrema del recurso hídrico. Incluso se han agotado ya las medidas excepcionales contra la sequía antes de entrar en una situación de sequía real. Si ahora, como parece, se presenta esa sequía real, ¿qué queda por hacer?

En esta situación de sobreexplotación del recurso hay víctimas laterales que no son tenidas en cuenta. Por ejemplo, los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía, que a pesar de que la legislación de aguas reconoce como usos el uso turístico y recreativo, no pueden desarrollarse económicamente explotando unos embalses que frecuentemente se encuentran en niveles muy bajos, alejados del atractivo turístico como efecto del Trasvase.

Lo urgente es realizar una buena gestión del recurso, adaptando la demanda de agua a las disponibilidades reales de forma sostenible, favoreciendo la recuperación ambiental y respetando siempre la prioridad de la cuenca cedente en todos sus usos (incluidos el turístico y el recreativo), sin trampas ni engaños como se hace actualmente. Lo urgente es una reconversión del regadío del Sureste, con respeto por el recurso y no orientado a su agotamiento. Pero no se quiere seguir esta línea. En su lugar, se repite una y otra vez, «que viene la sequía; exigimos más compensaciones urgentes», amparados y apoyados por la Administración. Por tanto, estamos abocados al desastre.

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