La propuesta de Fenacore: combatir el fuego con el fuego

Como se recoge en la noticia «Regantes defienden un plan nacional de infraestructuras hídricas para afrontar el cambio climático», la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) muestra su rechazo a las recomendaciones de realizar una gestión sostenible para adaptarse al cambio climático. Lo hace enarbolando un discurso de país tercermundista, asumiendo porque sí, como lex divina, que hemos de poner todos los medios del país y aceptar todo tipo de degradaciones ambientales para que unos privilegiados terratenientes puedan seguir lucrándose con el negocio de las lechugas y similares, más subvenciones y prebendas.

Lo hacen reclamando más infraestructuras. Ya no lo llaman plan hidrológico nacional ni pacto nacional, sino plan nacional de infraestructuras hidráulicas. Por lo que se desprende, más embalses y trasvases, pues argumentan que «el norte, que representa sólo el 11% de la superficie, aporta aproximadamente el 40% de las lluvias». Nada como recurrir a un dato puntual estadístico para manipular o intentar disimular la ignorancia. Cierto que es en el norte donde hay un balance positivo entre las precipitaciones y la evapotranspiración potencial, como se puede apreciar en la siguiente imagen tomada de «España en mapas. Una síntesis geográfica» del IGN: 

Mapa de balance entre precipitación y evapotranspiración

Pero ¿acaso plantean un trasvase Miño-Segura? ¿O un gran canal oeste este por todo el norte de España que intersecte todos los ríos que desembocan en el Cantábrico para hacer desde ahí un gran trasvase a todas partes? ¿Y quién pagará las infraestructuras? ¿Y el coste energético? Si se quejan del coste de la energía en las modernizaciones de regadío, ¿qué no harían con el coste energético que supone llevar agua desde Santander al sur de España, salvando cordilleras y la propia meseta? Una propuesta descabellada, se mire por donde se mire. Pero, armados de cinismo, quieren presentarse como adalides del medio ambiente. Lo meritorio es que logren hacerlo sin soltar carcajadas.

También se quejan de que no se les ha hecho caso en la subcomisión del Parlamento sobre el cambio climático. Con la experiencia que tienen en boicotear y acaparar todos los foros en los que intervienen, ya sean órganos de gobierno de las confederaciones, consejos del agua o cualquier otro tipo de reunión. En los últimos años se han perdido varias ocasiones de plantear soluciones racionales y sostenibles debido a la «presión del lobby» o al mero temor de los responsables a contrariarles. Creen que el retorcimiento que se ha hecho de la planificación hidrológica de la última década es una batalla que han ganado. Cuando lo único que están haciendo es engordar la bola de nieve y agravar los problemas.

La agricultura, en concreto el regadío, es algo serio. Que requiere ser tratado con la seriedad que se merece. Tomando consciencia de la situación real, tanto climática, política, demográfica, sociológica, económica y ambiental. Ser conscientes de que la situación actual del regadío en la mayor parte de las cuencas es insostenible. Sería bueno que los que se erigen como representantes de los regantes dejaran de comportarse como energúmenos. Que asuman que, al igual que ha pasado con la mayor parte de los sectores de producción, es necesario adaptarse a la realidad. Reconvertirse las veces que sean necesarias. Que abandonen el discurso de posguerra y adopten uno digno del siglo XXI. Que no pueden ignorar la realidad ─con sus múltiples caras─, sino que han de adaptarse a ella. Pero a tenor de sus bravatas, parece lejano este planteamiento.

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2 comentarios sobre “La propuesta de Fenacore: combatir el fuego con el fuego”

  1. Y si ampliamos la escala resulta que Europa es un importador neto de agua a través de “trasvases virtuales”.
    Nos guste o no debemos tener más y mejor perspectiva para cualquier análisis socio-económico , territorial serio.
    For water-scarce countries it can sometimes be attractive to import virtual water (through import of water-intensive products), thus relieving the pressure on the domestic water resources. This happens, for example, in Mediterranean countries, the Middle East and Mexico. Northern European countries import a lot of water in virtual form (more than they export), but this is not driven by water scarcity.
    Instead it results from protection of their domestic water resources, land availability and land uses. In Europe as a whole, 40% of the water footprint lies outside of its borders.
    https://waterfootprint.org/en/water-footprint/national-water-footprint/virtual-water-trade/

    1. Los invernaderos holandeses, calentados artificialmente por petróleo, tienen elevada producción hortofrutícola. Arabia Saudí exporta trigo producido con agua extraida por pozos a 2000 m de profundidad con elevado consumo de petróleo. Muamar el Gadafi quería regar la costa de Libia por medio del “rio del desierto”, constituido por la extracción de aguas mediante centenares de pozos profundos del acuífero “fósil” subsahariano situado a 700 km de la costa. ¿Se basan estas producciones en un análisis socio-económico, territorial serio? No hay que perder el norte fijado hace siglos por los economistas de la escuela “clásica”: cada país debe dedicarse a aquello que le reporte ventajas comparativos respecto a otros países. Según esto, ¿debería España, acaso, dedicarse a competir con países en vías de desarrollo para la producción de alimentos que aportan al PIB menos del 3% mediante fuertes subvenciones a la agricultura o, por el contrario, debe centrarse en una economía moderna industrial y de servicios?

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