Se jacta la ministril del agua y otras cosas de que los planes hidrológicos se expanden hasta haber llenado 160 000 páginas. ¿Acaso se trata de un sumario criminal contra al agua?
Era doctrina de la Iglesia de la Contrarreforma que solo estaban capacitados para leer los textos sagrados los clérigos. Por razón análoga deberán los súbditos abstenerse de leer los planes hidrológicos de cuenca: ¡sepa Dios lo que contengan! Y, además, ¿para qué?
Basta con la lectura de la hoja parroquial del ministerio, que contiene todas las verdades de la fe de la regadera según el catecismo de la plutocracia del agua.
Las ideas ministriles han alcanzado el séptimo cielo, pues en sus propias palabras, se trata del bien sin mezcla de mal alguno, que son cosas de «los otros», mezcla de anticuados, insolentes, disidentes, revenidos, díscolos, trasnochados, mar(x/c)ianos,…
