De fútbol y Trasvase

Ha levantado revuelo la exclusiva del diario El Mundo sobre las cifras del contrato de Lionel Messi («El contrato faraónico de Leo Messi que arruina al Barcelona»; 31/1/2021), en un momento con dificultades financieras en el club contratante. Pero ¿qué tiene que ver esto con el agua? Nada. Pero sí nos han parecido interesantes las réplicas. Por ejemplo, la aparecida en el diario Sport: «La brutal cifra que Messi genera en el Barça» (1/2/2021). En la que se justifica que «Leo genera más de lo que gana». Esta contraofensiva, ¿no da cierto olor a los informes de PwC para el SCRATS?

Desconocemos en qué se basa ese estudio financiero. Si las premisas que toma son adecuadas o no. Si lo generado está bien calculado y se debe únicamente al jugador o tendrían costes adicionales, como los compañeros, fisios, entrenadores, instalaciones, impuestos, etc. Tampoco tenemos ganas de investigarlo.

Eso sí, sólo la forma de presentarlo nos trae recuerdos de los estudios financieros para justificar determinadas infraestructuras. Casos hemos visto en los últimos años de aeropuertos y autopistas de peaje que o no operan o han tenido que ser rescatadas, a pesar de contar con estudios financieros previos que las avalaban.

Luego están casos paradigmáticos, como es el Trasvase Tajo-Segura. Una obra faraónica que iba a solucionar el «desequilibrio hídrico». Tras más de 40 años de funcionamiento lo que ha cambiado es que ahora se llama «déficit estructural» y es más grande; se ha incrementado la sobreexplotación de todos los recursos; la demanda en el Segura se ha disparado; múltiples compensaciones económicas; daños ambientales por todos los lados, la cuenca cedente ─Tajo─ está intervenida y maltratada; las planificaciones hidrológicas del Tajo y del Segura parecen sainetes que hay que representar por obligación; desde hace décadas bloquea la política hídrica; etc. Aparte del debate (o conflicto) que ha llevado al hartazgo de la sociedad, que sólo oye ruido.

Así, el Trasvase Tajo-Segura es un fracaso estrepitoso. Que no se reconoce. La Administración lo mantiene intacto. Aunque en los últimos años se haya cambiado algo el discurso sin ir a ningún lado, la gestión sigue siendo la misma. Desde el lobby se continúan haciendo esfuerzos para, a pesar de las evidencias, presentar la infraestructura como rentable. Encargan ─y pagan─ informes financiaristas ad hoc a una consultora de reconocido prestigio. En los que se ignoran los daños y se presenta como beneficio cualquier cosa que pase por delante, empleando todo tipo de efectos multiplicadores y supermultiplicadores. Actualmente utilizados en una intensa campaña para intentar evitar que se implanten los caudales ecológicos en el río Tajo.

¿Estamos tratando al Trasvase Tajo-Segura como a un mega crack futbolero? ¿Estamos dispuestos a asumir cualquier coste con tal de que siga en el equipo? ¿Seguiremos creyéndonos el mundo de fantasía que nos presenta la propaganda interesada? ¿O abriremos los ojos y buscaremos una gestión racional, sostenible, que realmente sea beneficiosa para la sociedad y no sólo para algunos bolsillos?

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