Sobre la subvención a la compra del agua desalada

Para poder calmar el ánimo del lobby de regantes del trasvase (antes de las elecciones), entre todos los españoles tenemos que aportar 8 millones de euros para que puedan comprar 50 hm³ de agua desalada ─subvención a la compra de 0,20 €/m³ para la planta de Torrevieja y 0,10 para la de Valdelentisco─. Curiosamente estos 8 millones de euros casi triplican los 3 millones que, según presume la Ministra del ramo, se han gastado en terminar los planes hidrológicos del primer ciclo y realizar los del segundo ciclo. El precio de venta conseguido, 0,30 €/m³ en la planta de Torrevieja, coincide con el propuesto en la Memoria técnica que acompañó al Plan Hidrológico Nacional de 2001 para el trasvase del Ebro. Por tanto, al igual que hay que subvencionar la compra del agua desalada, habría que subvencionar también el incremento del coste del trasvase del Ebro (por la inflación, desviaciones en el coste de la obra ejecutada, incremento del coste de la energía y la repercusión en el precio unitario si la cantidad trasvasada fuera inferior a la prevista).

La inflación desde el 2001, calculada sobre el IPC, supondría un sobre coste de 0,11 €/m³. El resto de los incrementos es más complejo de evaluar. Hay que considerar que los proyectos que se redactaron ya contemplaban un incremento del orden del 30% en la ejecución de las obras, al que habría que añadir la desviación real una vez construidas. Por otra parte, el precio de la energía ha crecido en mayor cuantía que el IPC, por lo que su repercusión sobre el precio de la tarifa sería significativa. En un cálculo del entonces Ministerio de Medio Ambiente se valoraban en unos 0,60 €/m³ adicionales, cifra que si bien puede ser discutible en su cuantía es ilusorio pensar que no existe. Así, con toda seguridad la subvención que tendría el trasvase del Ebro sería superior a la que se ha concedido ahora a la desalación.

No obstante, a pesar de que la tarifa que resultaría sería prohibitiva, se continúan alimentando noticias de nuevos trasvases (Duero, Tajo medio, Ebro desde Navarra, etc.) sacando como noticia que hay ríos españoles que desembocan en el mar («tiran el agua» es la expresión empleada) mientras en el Segura se aprovecha «hasta la última gota», sin que logre alcanzar el mar.

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