Trasvasismo e historia histérica

Nos ha llegado un mensaje, es de suponer que forma parte de una cadena, que termina con el imperativo «Pásalo, que se sepa y que no se olvide». Ante el miedo a contrariar al intelectual que lo ha redactado, procedemos a reproducirlo a continuación, intercalando algunos comentarios sobre las incorrecciones del texto (nótese que estamos empleando un lenguaje cursi, políticamente correcto, por si nos lee el irascible autor anónimo; en un estilo más sincero, la palabra «incorrecciones» se sustituiría por «memeces» o cualquier otro término grosero que imagine le lector). 

“España será grande, cuando las aguas que se pierden en el mar rieguen sus tierras y tengan enseñanza los talentos que se pierden en la ignorancia”
Joaquín Costa 1904

Se empieza citando a Costa, como golpe de autoridad. De hecho, su pensamiento en materia de riegos, plasmado en su obra «Política hidráulica: (misión social de los riegos en España)» (1911), ha marcado en el desarrollo de la política del agua, al punto de haberse realizado ya el «todo Costa». Habiéndose alcanzado  un grado de regulación de nuestros ríos, inimaginable por él mismo o en su época. ¿Significa esto que hay que mitificar las ideas que propuso Costa y hacerlas dogma de fe, guiando toda política de toda generación? Racionalmente, no. Se puede decir que Costa propuso una respuesta efectiva a un problema de su tiempo, con una sociedad agraria, alto analfabetismo y escasez de alimentos. Pero nuestra sociedad ahora es distinta, nuestros problemas otros. Los problemas de nuestro tiempo, requieren soluciones de nuestro tiempo.

Otro tema es la literalidad de la cita, que no logramos identificar. Sin embargo, se parece a la célebre reflexión  escrita por Santiago Ramón y Cajal el 1 de mayo de 1922, día de su jubilación académica, con un sentido totalmente distinto al que se quiere dar en el mensaje:

«Se ha dicho hartas veces que el problema de España es un problema de cultura. Urge, en efecto, si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro, salvando para la prosperidad y enaltecimiento patrios todos los ríos que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia».
(Santiago Ramón y Cajal. Madrid 1º de Mayo de 1922 ).

Con este criterio de manipular e interpretar una metáfora literaria como una guía cabalística para dirigir la política y nuestras vidas, podría también citarse las «Coplas a la muerte de su Padre», de Jorge Manrique, postulando que si logramos evitar que los ríos vayan a dar a la mar ─«que es el morir»─, encontraremos el grial, la vida eterna.

Además, hay que tener en cuenta que ni en 1904, ni en 1922, se habían planteado grandes trasvases intercuencas para el desarrollo del regadío, lo que hace más ridícula esta cita.

“Traidor a España el que se oponga al trasvase del Ebro”
Indalecio Prieto 1932.

Continúa el autor aplicándose el consejo cervantino ─sin entender su sorna─ de citar al tuntún para apropiarse del prestigio del citado, adaptando el texto a sus intereses, sin preocuparse de su veracidad o exactitud, confiando en que el lector no se molestará en comprobarlo. No es que podamos asegurar taxativamente que Indalecio Prieto no dijera esa frase en 1932, toda vez que no tenemos un inventario de todas las frases que pronunció ese año. Pero es difícil que sea verídica, pues el trasvase del Ebro se planteó por primera vez en 1937 (por Félix de los Ríos), y la frase parece una tergiversación de otra que sí que está en las crónicas. En concreto, en la intervención de Indalecio Prieto en la ronda de discursos del banquete que tuvo lugar en la Lonja de Alicante el 26 de febrero de 1933, después de la asamblea celebrada en el Teatro Monumental  de dicha ciudad para exponer «Las directrices de una nueva política hidráulica y los riegos de Levante», como anticipo a la presentación de la propuesta de Plan de Obras Hidráulicas de 1933. Copiamos a continuación la cita literalmente:

«Esta no es obra a realizar en el período brevísimo de días, ni de meses; es obra de años, para la cual se necesita la asistencia de quienes hoy gobiernan, de quienes estén en la oposición, de quienes sirven al régimen republicano y, oídlo bien, de quienes están en contra de él; porque quienes por patrocinar el régimen republicano una empresa de esta naturaleza le negara su asistencia y su auxilio, serían, no enemigos del régimen, sino unos miserables traidores a España.»
(Indalecio Prieto, Alicante, a 26 de febrero de 1933).

Como se puede apreciar en este texto, Indalecio Prieto no calificó categóricamente como miserables traidores a España a quienes se opusieran el trasvase propuesto ─el Tajo-Segura─, sino que está dirigida sólo a aquellos que lo utilizaran como herramienta para atacar al régimen republicano. 

2017: Como todos los años, los pantanos de Aragón tienen que desembalsar agua por estar llenos, esto sin haberse producido todavía el deshielo.. Aragón se inunda de agua. Agua que se pierde en el mar.
Una media de 22.000 hectómetros cada año, se vierten y pierden en el mar.
Y el Trasvase del Ebro que se necesita, vitalmente, para Valencia, Alicante, Murcia y Almería es de solo 1.000 hectómetros.
Recordemos que todo esto estaba solucionado con el Plan Hidrológico Nacional, aprobado en la época del Presidente Aznar, que derogó el presidente Zapatero para contentar a catalanes y aragoneses, en perjuicio de Valencia, Alicante, Murcia y Almería.
Con dicho PHN el problema de las inundaciones en Aragón estaba resuelto, a la vez que el Levante español tendría el agua que necesita con urgente prioridad..
ESTO ES MEMORIA HISTÓRICA.
Pásalo, que se sepa y que no se olvide.

La parte final del mensaje es una apología del trasvase del Ebro, que se considera como la navaja suiza que hubiera solucionado todos los problemas del agua. Una especie de purga de Benito o bálsamo de Fierabrás. Sin crítica ninguna, justifica las cualidades milagrosas del trasvase porque se aprobó en la época del presidente X y se derogó en la de Y.

Cierto es que el autor hace en su mensaje una demostración de que es posible meter una gran cantidad de tonterías en un espacio pequeño. Pero bajando al mundo material, meter 2000 m³/s de agua que circulan por un río por un canal de 50 m³/s es imposible. Si hubiera estado construido y operativo el trasvase del Ebro,  como mucho se hubiera trasvasado la máxima capacidad del canal, permaneciendo en el Ebro la práctica totalidad de la avenida. Los daños de las inundaciones hubieran sido los mismos, y se habría «tirado» al mar prácticamente la misma cantidad de agua.

Quien sólo mira al Ebro en las avenidas, ignora su realidad en los meses normales, la mayoría, en los que el caudal del Ebro es muy inferior, con serias dudas de que se hubieran podido trasvasar las previsiones, aun destrozando el Delta. Por otra parte, ha quedado demostrado que los regantes sólo están dispuestos a pagar 0,30 €/m³, corriendo las arcas públicas con el resto del coste. Hay estimaciones que situaban el coste real del trasvase del Ebro en el entorno del euro por metro cúbico. Supongamos que fuera la mitad, de 0,50 €/m³, lo que daría una subvención de 200 millones de euros anuales (0,20 €/m³ x 1000 hm³). 

Como conclusión, de estar operativo el trasvase del Ebro, la vulnerabilidad ante avenidas de la cuenca hubiera sido la misma, la mayor parte del tiempo o bien estaría parado el canal o bien el Ebro llegaría casi seco al Delta, y nos estaríamos dejando una millonada anual para subvencionar los costes del trasvase. Como no está hecho, da pie a fanfarronear.  Y si hubiera estado realizado, es de suponer que se seguiría la estrategia empleada con el Tajo-Segura: negar la realidad, ocultar todo lo posible y negar a la cuenca cedente sus derechos y un mínimo de dignidad.

Imaginamos al destinatario/transmisor tipo de este ciber-pasquín como un losantino convencido, con vena hinchada en el cuello, ojos fuera de las órbitas y faz encendida, elevando los brazos y gritando «¡Menos mal que hay alguien que dice verdades como puños!». Dando credibilidad al texto, sin cuestionarlo. Saliéndonos de este ámbito, puede pensarse racionalmente que no merece la pena perder el tiempo leyendo el mensaje, y mucho menos dedicarle una entrada o leerla. Sin embargo, con cierto estupor, observamos que las ideas del mensaje, sin caer en sus extremos, están calando en el debate actual, tanto con la absurda idea de defender el trasvase del Ebro como medida contra las inundaciones, como en la reactivación del estéril debate trasvases frente a desaladoras. Por otra parte, bucear en la historia del primer tercio del siglo XX para encontrar justificaciones a los trasvases, aunque sea descontextualizando y alterando los textos sin ningún respeto a las personas que los dijeron, forma parte del arsenal propagandístico trasvasista.

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