«Miras, en Bruselas: “El Tajo-Segura es un excelente ejemplo de cooperación”» (La Opinión de Murcia; 7/2/2019).

El presidente de la Región de Murcia ha paseado sus encantos por Europa. Inflado de cinismo, calificando al trasvase Tajo-Segura como un ejemplo de cooperación. Pero ¿qué entenderá por cooperación? Realmente el término adecuado es imposición, algo de lo que es plenamente consciente. De hecho, su discurso está enfocado a que esta imposición se mantenga.

Por ejemplo, al afirmar que «la permanencia del trasvase es incuestionable, al menos para el Gobierno regional, y vamos a seguir defendiéndola donde, cuando y ante quien sea necesario», está reconociendo que esta cooperación de la que presume no existe. Pero siempre es más bonito vestir un expolio con términos agradables. Siguiendo esta concepción, un atracador podría defender que su trabajo consiste en establecer un marco de cooperación con el atracado.

En el fondo, no es más que otra patochada trasvasista, causa a la que el servil presidente pone interesadamente a disposición los medios de la Administración de la Región de Murcia. Una más de una actividad propagandística basada en tapar la verdad con discursos huecos y chorradas diversas. Con total ausencia de un mínimo decoro o vergüenza. Todo para beneficiar a unos intereses particulares, a un lobby.