El SCRATS y sus incongruencias

No se pueden pedir peras al olmo ni sensatez al SCRATS. En su paranoica cruzada contra no se sabe qué, en la que exige la alienación y alineación de todos los políticos a sus intereses, han editado unos vídeos en onda bélica, con declaraciones de su presidente que no tienen desperdicio. Puestos a elegir entre el abanico de patetismos que ofrecen, centrémonos en uno, en la necesidad que tienen de planificación, de saber con cuánta agua pueden contar.

En estas, su periodista de cabecera refrenda la posición: “quieren hacer un nuevo intento con el Ministerio para «objetivar» los trasvases en el Nivel 3, que es el más habitual “(La Verdad, 5/12/2018).

¿Se darán cuenta en algún momento que si el nivel 3 ─el de excepcionalidad─ es el más habitual significa que no se gestiona bien? ¿Caerán en que la solución no es «objetivar» el nivel 3, sino «evitar» el nivel 3?

El caso es que aunque tomen a la ciudadanía y a los políticos por tontos, con gran rendimiento para sus intereses, ellos saben perfectamente cuál es la situación. Lo que quieren es recibir en nivel 2 la mayor cantidad de agua posible, aunque tengan «que plantar hasta en las terrazas». Menuda la que montaron cuando se pretendió bajar lo que se trasvasaba en nivel 2 al tramitar el RD 773/2014 (quien tenga dudas, que consulte su Memoria de 2014); aunque también era un planteamiento insuficiente, mejoraría algo el actual. Al lobby le importa un pimiento la sostenibilidad, el buen estado de nuestros ríos y esas chorradas de ecologetas y progres advenedizos. Si se entra en nivel 3, pues a declarar sequía, abaratar la desalación y arrasar con todos los recursos posibles del Segura o de donde sea. Además de numerosas prebendas, compensaciones y cuotas de poder. Con todas las Administraciones a su servicio.

Contradiciendo su discurso, no parece que guíen sus pasos para tener una adecuada planificación. Si fuera así, serían los primeros interesados en equilibrar los trasvases, llevándose menos en nivel 2 para evitar entrar en nivel 3. Pero hacen justo lo contrario. Lo que realmente quieren es que las Administraciones públicas sigan sometidas a sus intereses. Poco le parecen las maniobras oscuras de la Dirección General del Agua para que puedan tener un trasvase de 38 hm³ en diciembre; o que al Secretario de Estado le haya faltado tiempo para recibirles. Por lo pronto, han llamado a capítulo, por carta pública, a los mandamases de los principales partidos políticos, esperándose una cadena de adhesiones a su causa. Ésta es la planificación que buscan.

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